Cinco minutos antes de las 11 de este miércoles, esposado y portando un chaleco antibalas, ingresó al Palacio de Justicia Sergio Schoklender, para prestar declaración ante el juez federal Néstor Oyarbide por casi cuatro horas. En el día de su cumpleaños número 54, Schoklender aseguró que la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, era quien tomaba las decisiones en la Fundación, y que su hija, Alejandra, gestionaba los subsidios para la entidad y que allí podrían haber existido irregularidades en el manejo de fondos
Schoklender, en su declaración en los Tribunales de Comodoro Py de la Capital Federal, asumió su "responsabilidad y liderazgo" en la Misión Sueños Compartidos, pero negó haber desviado fondos que el Estado destinó a la entidad para construir viviendas sociales, tal la imputación por la que está detenido, según precisaron voceros judiciales a la agencia de noticias DyN.
Consideró, además, que nunca pudo haber cometido un fraude al Estado porque sostuvo que los fondos eran privados, ya que a su criterio dejaban de tener el carácter de públicos una vez que ingresaban a la Fundación.
Al respecto, sostuvo que "la única irregularidad que a su criterio podría haber existido" en el manejo de los subsidios "correspondió a Alejandra Bonafini ya que era quien los gestionaba".
Sobre el tema, explicó que eso ocurría porque la mujer era funcionaria del Ministerio de Desarrollo Social bonaerense y contratada por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, y empleada de la Fundación por orden de su madre con "un sueldo alto".
El enfrentamiento con Alejandra, quien será indagada este jueves, es abierto y se conoció un escrito que la mujer presentó el mes pasado en la Justicia en el que sostuvo que "desconfiaba profundamente" de Schoklender por "sus manejos".
Agregó, además, que "independientemente de la relación de cercanía que Sergio Schoklender mantenía en su momento con mi madre, lo cierto es que nunca tuve relación de cercanía con él", y dijo que "desconocía qué se hacía dentro" de la Fundación.
Alejandra Bonafini debe presentarse este jueves, a las 10, ante el juez Oyarbide para ser indagada por la venta de una propiedad a su nombre en la ciudad de La Plata a la firma Meldorek SA, cuyo titular era Sergio Schoklender.
Sergio quedó detenido hace dos semanas cuando se presentó a comparecer ante Oyarbide y por esa situación se negó a declarar, pero pidió una fecha para hacerlo que fue fijada para hoy.
Además de cumplir este miércoles 54 años de edad, también este miércoles es el 31 aniversario del crimen de sus padres, por el que fue condenado a perpetua junto a su hermano Pablo, ahora también detenido en la causa del desvío de fondos.
El mayor de los hermanos Schoklender declaró durante cuatro horas -se suspendió a pedido de él porque dijo sufrir un dolor de cabeza-, en las que sostuvo que las decisiones en la Fundación las tomaba Hebe de Bonafini por ser la presidenta del Consejo de Administración y que él tenía un mandato de ese organismo.
En esa línea se había expresado la semana pasada Pablo Schoklender, quien también dijo que Hebe tomaba las decisiones en la Fundación, como la de echar a su hermano y de ordenar pago de sueldos.
Al mayor de los hermanos se le imputa haber desviado unos 280 millones de pesos a través de cuatro cuentas bancarias de la Fundación, de cheques y dinero en efectivo a través de empresas como Antártica Argentina y Meldorek, y de otras posibles irregularidades como falsear balances y facturas, construir viviendas con materiales de la Fundación y no pagar las cargas sociales de los empleados.
Al respecto sostuvo que las cuentas bancarias eran manejadas por las direcciones contable y financiera de la Fundación, que implementaban las políticas a seguir, y "las eventuales órdenes o requerimientos desmedidos de Bonafini, las Madres, sus hijas y sus acólitos". (Jackemate.com)