Hora local en Rosario:
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Por Ricardo Marconi 

La zona de Rosario que denominamos Vía Honda es una de las que más falencias posee y los habitantes de la ciudad tienen como asumido que es un sector en el que no llega, de parte de las autoridades ni quisiera la asistencia más básica.

Los estamentos gubernamentales, tanto de la provincia como de la ciudad, saben muy bien que los porcentajes de existencia de presuntos delincuentes en esa zona son más que preocupantes y si no explota todo allí es por una sencilla razón: Hay también mucha gente buena y honesta que hace lo indecible por sobrevivir.

Los docentes de Rosario saben mejor que nadie que el nivel de analfabetismo en ese sector rosarino es aterrador, por decirlo delicadamente y por ello no es casualidad que las bandas narcos tienen en esa zona una fuente inagotable de sicarios que por pocos pesos matan sin piedad o innecesariamente cuando “reciben órdenes de arriba”.

En Vía Honda saben que se iniciaron los prolegómenos de las campañas políticas para 2023 y que a ellos “no les tocará nada”. Por esa razón básica es muy probable que sigan en la misma: “trabajar asesinando o baleando frentes” para los que les pagan con dinero o con “merca” para vender en su propio beneficio.

El joven que se dedica al sicariato sabe que lo único que se desarrolla en su barrio es la violencia, los homicidios y la droga ilegal, así como los basurales a los que deben recurrir cuando no hay nada para comer. No es casualidad que haya menores de pancitas hinchadas que terminan bajo las ruedas de los camiones llenos de residuos domiciliarios, entre los que, a veces, hay alimentos color verde ¿se entiende?

La lucha permanente 

Los menores y los jóvenes de la periferia rosarina, aunque no sepan leer o escribir saben que si salen a vender droga para un jefe narco podrían llegar a juntar una cifra importante cada viernes. Ya hemos señalado en esta columna que hay hasta menores de 14 años que los viernes trabajan de “cobradores” para que los que les pagan puedan seguir teniendo el negocio abierto en una ciudad donde, del 40 a 60% de los delitos derivarían del narcomenudeo.

Y esto no es nuevo. Seguro que el exministro de Seguridad Marcelo Saín, que me dicen cobraba 850.000 pesos por mes, lo sabía. Imagino que antes de irse de Santa Fe, lo habrá llamado al nuevo ministro Rimoldi para -en un acto de delicadeza-, saludarlo y darle un parte de “novedades”.

Hace sólo 8 años  

La violencia relacionada con la droga, a nivel internacional, nacional y provincial es relacionada hoy por hoy con el estigma de Rosario, cuando en realidad esa actividad no era mayor ni más violenta que hace sólo 8 años cuando un periodista mejicano vino por nuestra ciudad y en tres informes para una cadena de noticias hizo referencia a la desigualdad social y al desarrollo de las villas de emergencia, donde viven miles de rosarinos en condiciones paupérrimas.

Y eso es así, al punto tal que una legisladora equiparó a zonas del oeste local con Bangladesh. Ya superamos, en lo que va del año, las muertes violentas de 2013 y el 30 de diciembre en números es imprevisible. (Jackemare.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política

 

 

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