El concejal rosarino del monobloque UCR 1983, Martín Rosúa, afirmó que el Gobierno municipal “no ha sabido generar consensos políticos indispensables” para que desde el cuerpo legislativo local voten a favor del endeudamiento por 200 millones de dólares que requirió a fines del año pasado, pero que no fue aprobado por divergencias en torno al destino de esos dineros
“La ciudad de Rosario debate por estos días la posibilidad de recurrir al endeudamiento externo para financiar diferentes iniciativas que el municipio considera de relevancia”, sostiene Rosúa en un comunicado, para luego admitir que “si analizamos el contexto económico actual, la acertada salida del default por parte del Gobierno Nacional, la reapertura del crédito a la Argentina y tasas de interés internacionales relativamente bajas con respecto a su media histórica, este panorama muestra una oportunidad favorable para tomar deuda local”.
Pero aclara que “aún con estas ventajas, el Ejecutivo municipal no ha sabido generar los consensos políticos indispensables para un asunto de ésta trascendencia” y añade que “una vez más no se ha caracterizado por los niveles de diálogos necesarios y permanentes, a los que solamente recurre en casos de extrema urgencia”.
En ese marco, el conejal radical precisa que el Ejecutivo “optó por negociar la inclusión de obras u otras iniciativas con distintos bloques políticos del Concejo Municipal, metodología que poco tiene que ver con la planificación y seriedad necesarias para determinar cuáles son las obras que Rosario necesita”.
Puntualiza, asimismo, que “si bien creemos en la oportunidad del momento, también consideramos que el objeto del crédito público se debe aplicar exclusivamente a obras de infraestructura” porque los beneficios que la misma genera “se extienden en el tiempo. Es lógico que su financiamiento sea realizado en los plazos adecuados y por aquellos que van a gozar de los mismos. Siempre partiendo de la base de un plan debidamente analizado que establezca cuales son las obras prioritarias para la ciudad, evitando que sean las negociaciones políticas y los intereses particulares quienes determinen qué obras serán incluidas y cuáles quedarán fuera del esquema”.
Más adelante, destaca que “este tipo de recursos se deben utilizar con cautela y debemos evitar a tentación de generar endeudamiento futuro sin contrapartida económico-social”, para luego sostener que “la propuesta de la intendenta (Mónica Fein) de tomar deuda para financiar el déficit local es perpetuar la ineficiencia en el gasto y un forma de convalidar las malas gestiones”.
Por ello afirma que “usar ingeniería financiera para refinanciar pasivos internos o pagar gastos corrientes, como propone el mensaje del Ejecutivo, confirma condiciones estructurales de insolvencia y posterga la inevitable asfixia presupuestaria, perpetua la ineficiencia en el gasto y termina siendo una forma de convalidar malas gestiones. Es injusto que traslademos el costo de las malas decisiones a la ciudadanía y a las futuras generaciones”.
Explica que “a nivel nacional, luego de 12 años de desmanejo fiscal, consideramos que es acertada la corrección progresiva del mismo hasta alcanzar el objetivo de equilibrio fiscal en el año 2019. No se pueden utilizar estos argumentos para el caso de la ciudad de Rosario. Aquí la deuda que se pretende financiar, fue generada por el propio gobierno, he incluida en los sucesivos presupuestos de gastos que el propio Ejecutivo Municipal elaboró en cada ejercicio”.
En este marco, dice que “resulta conducente y atinado acompañar la toma de deuda si la totalidad de los montos obtenidos se destinan a obras de infraestructura conforme a un plan debatido y consensuado entre Concejo, Municipalidad e instituciones de la sociedad civil” porque “los objetivos deben ser compatibles con el plan estratégico de la ciudad, fijar prioridades en base el mismo, contemplando además qué obras van a ser concretadas con aportes provinciales y para cuáles se gestionan fondos de Nación. Nuestro compromiso es con el progreso y el desarrollo de obras que son necesarias, pero también con el equilibrio presupuestario y la eficiencia en la aplicación del gasto.
Destaca que “los consensos también se lograrán más fácilmente si se implementan mecanismos de control específicos en la administración y seguimiento de los fondos que provengan de esta autorización. Mecanismos que brinden garantías, aseguren la transparencia y afectación, y permitan además un seguimiento concomitante en la ejecución de las obras.
Hoy estas garantías se requieren más que en cualquier otra instancia, dado que el propio Ejecutivo Municipal no goza de la credibilidad necesaria en la oposición política local”.
Tras afirmar que “más que un toma y daca, se impone abordar con seriedad y responsabilidad este pedido, sin partidismos y sin intereses mezquinos ni especulaciones electorales”, Rosúa concluye diciendo que “el impulso debe darlo el Ejecutivo evitando la demagogia. Solo de esta forma se lograrían los acuerdos necesarios para no desaprovechar esta oportunidad que el mercado financiero nos presenta”. (Jackemate.com)