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Por Ricardo Marconi (*)

El ISIS–K –llamado así por ser “K”  la inicial de la remota región de Khorazán-, pretende tomar el control de Afganistán y avanzar sobre su entorno, ya que es el mayor enemigo del Talibán y puede ser también del primer ISIS.

El régimen ultra islámico Talibán, desde 2021, encabeza una dictadura en territorio afgano y se maneja política y socialmente como una versión propia y polémica del Islam.

Es uno de los antagonistas importantes al que se enfrenta la dictadura afgana y ha concretado una serie de ataques buscando utilizar la violencia para socavar las relaciones internas del régimen Talibán con aliados regionales con Irán, para demostrar que el ISIS es incapaz de mantener la seguridad en Afganistán.

El ISIS-K ataca a los Hazara,  una minoría étnica chiita que es el tercer grupo étnico del territorio afgano. La potencia persa fue el principal blanco de la antigua ISIS, tanto en Irak como en Siria.

Hay que recordar que el ISIS-K produjo un ataque de envergadura contra la embajada rusa en Kabul e, incluso, intentó asesinar al principal diplomático de Pakistán en Afganistán. También envió a hombres armados a un hotel donde había ciudadanos chinos y produjo una agresión armada contra un mitin político en Pakistán, a la vez que causó la muerte de 43 personas mediante ataques suicidas con bombas en Irán.

Produjo otra agresión armada en el aeropuerto de Kabul, cuando se retiraron   de Afganistán los estadounidenses y en ese episodio 13 personas perdieron la vida.

Últimamente han pretendido atacar las embajadas de China, India e Irán en Afganistán, exponiéndose a respuestas de esos países y no sólo eso, ya que tuvieron la impericia diplomática de hace propagando antirrusa por las intervenciones de los rusos en Siria.

ISIS-K, creado en 2018,  busca superar a ultra islámicos para estar a la vanguardia global y para ello cuentan con apoyo económico de las fuerzas de colisión en la región afgana.

Vale recordar que el anterior ISIS había recibido financiación de fortunas árabes para atacar blancos iranios y turcos. Utiliza el ISIS-K combatientes talibanes paquistaníes descontentos, de ideología fanática y ultrarreligiosa, aliados a los de Afganistán que recrean un Corán que se difundió en aldeas del este de Afganistán y Pakistán.

En ese sector se refugian musulmanes salafistas Wahabitas, la misma rama del Islam Sunnita del ISIS. Los Talibán, por el contrario, siguen mayormente la escuela Hanafi del Islam, que involucra al 45% de los fieles musulmanes sunnitas que eran común en el Imperio Otomano.

La búsqueda del control total

El ISIS-K busca tomar el control total de un Afganistán anarquizado y luego anexar el entorno y ello preocupa a Irán. Los afganos habían contenido los ataques iniciales del nuevo grupo, pero tras el repliegue norteamericano el grupo adoptó una potente dinámica y se expandió a casi todas las provincias del país. La dictadura, obligado a enfrentarse a ese movimiento, se vio impedido de ocupar más territorio afgano y muchos combatientes –me dicen, se fugaron a Pakistán.

El ISIS-K perdió en los enfrentamientos 8 líderes y las fuerzas del régimen comenzaron a ejecutar sumariamente a componentes del ISIS-K y hasta habría provocado desapariciones forzadas en el este de Afganistán, a la vez que el ISIS –K crecía en lo atinente a su influencia en Afganistán e Irán.

Afganistán, desde agosto de 2022, ha sido calificado como el país más golpeado por el terrorismo. Una estadística refiere a 837 ataques –cifra seguramente ya superada por el tiempo transcurrido- y 1.426 muerto, número también vencido por la realidad terrorista, pero que al lector le permite determinar, de manera aproximada, el clima bélico permanente que vive la población.

Si agregamos más números a nivel de referencia, debemos acotar que en 2021 hubo 100 civiles muertos en un ataque Talibán. Seguramente el lector habitual de esta columna recordará que en medio de ese clima bélico atroz se sumó el asesinato de Al-Zafarí en Kabul y la protección brindada a l líder de la Red Haqqani, con lo que se pretendía demostrar la fuerte presencia terrorista en Afganistán.

El 3 de febrero de 2022, acorralado, se suicidó Abu Ibrahim al-Hasmi Al- Queramshi. Lo hizo en Idlib, Siria y su sucesor Abu Al- Hassan al-Hashemi Al, -nombre de guerra-, fue nombrado oficialmente el 10 de marzo de 2022. El verdadero nombre no es conocido aún por la ONU.

Hay que apuntar que las áreas más afectadas por el terrorismo islámico son África y Asia Central, mientras que se estima que en Siria e Irak había -en 2022- había alrededor de 6.000 y 10.000 combatientes, respectivamente.

Ataques terroristas

Entre 2007 y 2021 los ataques a occidente representaron el 0,68 % de la las muertes en el mundo. Luego cayeron en un 68% desde el piso del 2018 a un total de 112 fallecimientos en Europa y 7 en EE.UU., en 2021, según el IEP.

El ISIS k pretende extender su terror merced a su filial centroasiática

Disminuyó el fenómeno denominado “Lobo solitario”  -el terrorista actúa por su cuenta-, y bajó el reclutamiento en las prisiones.  Por ese tiempo el Ejército Islámico (EI)  representaba la mayor amenaza para Occidente, debido a que muchos militantes de Al-Qaeda,  se pasaron al EI luego de la muerte de A-Zawahiri, debido a las luchas internas por el poder.

Vale subrayar que desde el enfrentamiento directo entre Hamas e Israel se generó un estado de guerra entre Israel e Irán. Y en Israel hay, aproximadamente, 100 mil argentinos.

Reunión para gestionar avances

El presidente de Egipto Abdelfatah al Sisi, así como el jefe de Inteligencia de Egipto, Abás Kamel y el jefe de la CIA William Burns gestionaron avances en El Cairo para una posible tregua y liberación de rehenes israelíes en Gaza.

La televisión estatal egipcia Al Qahera News afirmó que las conversaciones continúan en El Cairo “en medio de una intensa actividad” de Egipto para “acercar posturas” entre las partes.

Por otra parte, Al Sisi trasladó al jefe de la CIA que Egipto rechaza la campaña militar de Israel en Gaza, al tiempo que recordó “la importancia de que la comunidad internacional asuma sus responsabilidades para detener la guerra” y hacer que la ayuda humanitaria llegue a la población del devastado enclave palestino.

Asimismo, puso de relieve la necesidad de tomar “medidas serias y eficaces para impedir la expansión del conflicto en la región”, en un momento de máxima tensión por el aumento de la intensidad del fuego cruzado entre el grupo chií libanés Hezbollah e Israel, además del incremento de los ataques de los rebeldes hutíes del Yemen.

El líder del buró político de Hamas, Ismail Haniyeh, presentó a los mediadores una nueva propuesta de acuerdo y el jefe del Mossad, David Barnea -quien lidera el equipo negociador israelí- hizo el viernes un viaje relámpago para recibir una propuesta y reunirse con el primer ministro de Qatar, Mohamed bin Abderrahmán.

Por otra parte, el presidente de Israel, Isaac Herzog, instó al gobierno de su país a lograr un acuerdo con Hamas que permita el rescate de los rehenes que el grupo terrorista mantiene cautivos en la Franja de Gaza desde hace nueve meses, cuando estalló la guerra.

“La nación entera quiere su regreso y una mayoría absoluta apoya un acuerdo que incluya la liberación de rehenes. El deber del Estado es devolverlos y eso está en el centro del consenso”, indicó Herzog en un mensaje publicado en la red social X.

“Nuestro compromiso con la devolución de los secuestrados es absoluto y supremo. El pueblo de Israel no los olvida ni por un momento. En cada hogar y familia, en cada sinagoga, en cada comunidad, en cada evento público y privado, escuchamos la preocupación por los secuestrados, la oración y el grito por su rápido regreso a casa”, añadió.

Desacuerdos del ala dura israelí

Los ministros del ala dura del Gobierno israelí, Itamar Ben Gvir (Seguridad Nacional) y Bezalel Smotrich (Finanzas), expresaron su desacuerdo a pactar con los terroristas y amenazaron con abandonar la coalición si Israel llega a un acuerdo con Hamas.

A todo esto, Irán, a pesar de los controles internacionales, incrementó el número de centrifugadoras para producir uranio, un material que tiene tanto uso civil como militar para producir explosivos. En principio, Irán utilizó 3348 centrifugadoras tipo IR-2M, así como 5060 máquinas de tipo IR, autorizadas por el acuerdo nuclear conocido como JC POA. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política

 

 

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