Un trágico baño de sangre causó la rebelión de un grupo de la policía ecuatoriana, por el que se contabilizaron –por ahora- cinco muertos y casi dos centenas de heridos, así como la renuncia del comandante de
El ministro de Salud, David Chiriboga, precisó que en Quito hubo 3 muertos y en Guayaquil 2, e indicó que en los hospitales quítense se atendieron a 193 personas, la mayoría por heridas de proyectiles, de las cuales 16 están graves y otras 6 en terapia intensiva, por lo que no se descarta que aumente la cantidad de víctimas fatales.
En tanto, desde
El vocero de la entidad, Fernando Gandarillas, había dado una cifra inicial extraoficial de 37 personas que sufrieron heridas durante los tiroteos entre los sublevados y las fuerzas de rescate. Gandarillas había reportado, entonces, que otras 50 personas sufrieron heridas durante los enfrentamientos de la tarde, cuando civiles que apoyan a Correa intentaron llegar al hospital y los agentes rebeldes les lanzaron gases lacrimógenos.
Este episodio que enluta a Sudamérica causó, además, que el comandante de
La protesta de la policía detonada el jueves buscaba frenar un plan de austeridad del Gobierno que le quitaba beneficios económicos, pero según analistas se salió de control.
El mandatario, en cambio, dijo que fue una excusa para dar un golpe de Estado, en un hecho que fue rechazado de inmediato internacionalmente.
Mientras la situación volvía poco a poco a la normalidad, el comandante de
En una conferencia de prensa, expresó su enorme pesar porque
Tras los desórdenes, aseguró que el viernes todo está en “relativa calma” en las provincias de Ecuador y pidió al presidente que revise la ley que corta beneficios económicos a la fuerza de seguridad.
En un mensaje a primera hora transmitido en cadena nacional, la oficina de
Operativo rescate
Correa fue sacado el jueves por la noche del hospital en silla de ruedas y con una máscara antigases tras un intenso tiroteo entre fuerzas de seguridad, que fue televisado en vivo y fue el corolario de una jornada que tuvo en vilo al país y la región.
Los choques a lo largo del caótico día, que incluyeron ataques a simpatizantes de Correa, dejaron dos policías muertos y 88 personas heridas, en su mayoría civiles, según
Correa dijo que no habría perdón para los involucrados en la revuelta, que comenzó cuando policías tomaron el mayor cuartel de la capital para reclamar por la ley que impulsa el Gobierno y que recorta beneficios de policías y militares.
El presidente fue al cuartel para tratar de calmar los ánimos, pero fue abucheado, empujado y golpeado en medio de una lluvia de gases lacrimógenos.
Por eso fue llevado al hospital contiguo, que fue rodeado por los policías y mantuvieron allí encerrado al presidente hasta que fue rescatado por militares.
Líderes políticos de América y Europa respaldaron a Correa, mientras que
Unasur apoyó a Correa
Los presidentes de Argentina, Chile, Colombia, Bolivia, Perú, Uruguay y Venezuela, además de altos funcionarios de Brasil, Guyana y Paraguay, se reunieron en la noche del jueves en Buenos Aires por la crisis y celebraron la liberación de Correa.
Los cancilleres sudamericanos estaban viajando el viernes hacia Ecuador para mostrar su solidaridad con el Gobierno.
En tanto, los vecinos Perú y Colombia reabrieron sus fronteras con Ecuador, tras haberlas cerrado el jueves por seguridad.
Por otra parte, analistas apuestan a que Correa recuperará totalmente el control del atribulado país, pero creen que deberá pagar costos políticos y que tendrá que ceder más control en
La sublevación policial ocurrió cuando Correa estudiaba disolver
La disolución de
Ante la agitación, los legisladores suspendieron una sesión el jueves en la que buscaban discutir nuevamente la ley que elimina los beneficios para policías y militares y que encendió la protesta y que ya tiene una aprobación inicial.
No quedaba claro cuándo podrían volver a tocar el controvertido tema, pero
“No he convocado porque no hay condiciones aptas para llamar a una sesión”, dijo el viernes la encargada de
Ecuador, un país en donde fueron depuestos tres presidentes en los últimos 13 años, depende de su riqueza petrolera. Aunque sus operaciones de crudo no fueron afectadas por la crisis, la incertidumbre ayudó a disparar el jueves los precios del crudo a un máximo de siete semanas en el mercado de Estados Unidos (CLc1). (Jackemate.com)