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“Las cosas no están tan tranquilas como se cree, y temo por las tormentas que se avecinan en el horizonte”, me dijo casi como un poeta un amigo que aún tengo dentro de las paredes de la Casa Rosada, en Balcarce 50, donde las turbulencias se notan pasando de despacho en despacho

¿Pero qué pasa? ¿No era que todo andaba sobre rieles y alta velocidad?, le pregunté a mi amigo, quien –rogándome guardar mi sorna para otro momento- me respondió: “Claro, todo anda tan bien aquí dentro como los servicios de Trenes de Buenos Aires de los Cirigliano. En cualquier momento saltamos de las vías y nos vamos al carajo”.

¿Para tanto ché?, le dije. “Pero claro, ahora el flaco Florencio Randazzo se cortó solito y se reunió con el motonauta bonaerense (por el gobernador Daniel Scioli), y la jefecita parece que se enteró vía otros funcionarios que necesitan levantar acciones, y se enojó por todo el fin de semana largo, al menos”.

Y me siguió contando que parece ser que Scioli y Randazzo tuvieron un no tan encuentro secreto en medio de la embestida desplegada por el controvertido rockero vicepresidente, Amado Boudou, y el camporista legislador bonaerense José Ottavis.

Los “amigos” un poco alejados de la Rosada analizaron qué posibles cursos de acción podían tomar en lo inmediato ante lo que entienden es un ataque directo contra ellos desde el seno del cristinismo.

“Te digo que la Cámpora de Máximo Kirchner va por el ‘flaco’ Randazzo. No lo quieren ver más en la Rosada, pese a todo lo que hizo y deshizo con los nuevos DNI”, entre risas me relató mi amigo.

Scioli y Randazzo, según este ‘amigacho’ cristinista que cuento entre mis amistades políticas, están pensando en unir fuerzas para enfrentar las posibles embestidas del kirchnerismo y, además, posicionarse para las elecciones del 2015, en la que Randazzo se habría comprometido apoyar la candidatura presidencial de Scioli.

A ver -le dije- echarlo no puede hacer con Randazzo, porque sería como victimizarlo ante la opinión pública y mejorarían sus acciones.

“Exactamente. Pero lo que maquinan estos chicos allegados a la política reciente, la que conocieron solo por libros leídos, es no convertirlo a Florencio en un nuevo Alberto Fernández, del que pueda después Clarín (el otro monstruo con el que lidian desde la Rosada) utilizarlo para confrontar”, precisó este amigo.

Malos tiempos se avecinan en la Casa Rosada.

¿Serán tiempos con mucha turbulencia, con muchas tormentas fuertes en las que pueden zozobrar embarcaciones que se creen imposibles de hundirse en el tenebroso mar político argentino?

“Terminó mi tiempo con vos Alfil”, me dijo este amigo, que se fue caminando por la Plaza de Mayo en dirección a la Rosada, con sus dos manos puestas en los bolsillos del pantalón del traje de buena marca que usa siempre. (Jackemate.com)

 

 

 

 

 

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