El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, está en Europa para presionar a sus aliados para que impongan sanciones más duras a Rusia. Su primera parada ha sido en la sede de la OTAN donde los líderes han vuelto a pedir a Rusia que ponga fin a la invasión.
La Alianza Atlántica ha acordado desplegar 4 nuevos batallones en el flanco Este de Europa (Hungría, Eslovaquia, Rumanía y Bulgaria) y también enviar material a Ucrania para defenderse ante un posible ataque químico o biológico de Rusia.
“Cualquier uso de armas químicas cambiará por completo la naturaleza del conflicto” aseguró el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien agregó: “Será una violación flagrante del derecho internacional y tendrá amplias consecuencias y, por supuesto, será extremadamente peligroso”.
En ese sentido, dijo que “afectará a la gente de Ucrania, pero también existe el riesgo de que tenga un efecto directo sobre las personas que viven en los países de la OTAN».
Por su parte, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski también participó en la cumbre de la OTAN, a través de videoconferencia con una lista de demandas muy concreta: 1% de aviones de la OTAN y 1% de tanques de la OTAN. También acusó a Moscú de usar bombas de fósforo.
«No son sus misiles, no son sus bombas las que están destruyendo nuestras ciudades. Esta mañana, por cierto, se han usado bombas de fósforo”, puntualizó el mandatario ucraniano.
Al respecto dijo que se tratan de “bombas rusas de fósforo” y confirmó que “de nuevo, los adultos han sido asesinados y de nuevo los niños han sido asesinado. Solo quiero que sepan: la Alianza aún puede evitar la muerte de ucranianos por ataques rusos, por la ocupación rusa dándonos todas las armas que necesitamos», reclamó Zelenski.
En tanto, la Alianza Atlántica también ha mandado un mensaje directo al gobierno de la República Popular de la China, pidiéndole que se una al resto del mundo y se abstenga de apoyar la guerra iniciada por la Federación de Rusia. (Euronews/Jackemate.com)