Pasado el mediodía del día del balotaje, ya había emitido su voto un 21 por ciento del padrón electoral, y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, haciendo abuso de un derecho que no le corresponde, se largó a opinar a los periodistas sobre las bondades de su gestión gubernamental cuando se encontraba dentro del establecimiento donde emitió su voto
CFK llegó abrigada con un tapado multicolor, a las 11.34, en una escuela de Río Gallegos, donde las autoridades de mesa volvieron a hacer como en la elección pasada. Mientras Cristina estaba en el cuarto oscuro, llevaron la urna y la mesa a una sala contigua, más grande, para que la prensa retrate con mayor espacio el último voto como primera figura de la política argentina.
Y en ese encuentro con el periodismo ávido de sacarle opiniones, la Presidenta hizo alusión en sus declaraciones a su gestión gubernamental y otros momentos de estos últimos doce años de gobiernos kirchnerista.
"Nunca hemos tenido un período de gobierno de 12 años y medio con esta estabilidad económica, social y de constante progreso", precisó Cristina y tras ello les pidió a los votantes "pensar por un instante dónde y cómo estaban en el año 2003”.
Destacó como "fenómeno inédito" el hecho de que hoy se vote "con el 5,9 por ciento de desocupación (¿?), generación de millones de puestos de trabajo y una paz social muy grande".
Casi sin parar y sólo con algunas interrupciones de alguno de los periodistas, el monólogo se extendió por un lapso de exactos 30 minutos.
Y en uno de los párrafos citó al personaje "Minguito" que hacía Juan Carlos Altavista, al advertir que "no todo es igual, no es ‘ce gual’" en cuanto a los modelos de país de distintos espacios políticos.
Y en ese sentido, apuntó: "No todo es igual, como decía ‘Minguito’, no es ‘ce gual’", comparando lo que pudo haber pasado si en 2003 no hubiera accedido a la ‘Casa Rosada’ la fórmula Néstor Kirchner-Daniel Scioli y sí lo hubiese hecho el ex presidente y actual senador nacional Carlos Menem.
Luego, selfie con uno de los fiscales de la mesa y charla con los periodistas, vino un monólogo, prácticamente, que comenzó con "una preocupación", tal cual lo confesó, "por la vandalización de la mansión Seré" y destacó la importancia de la defensa "de los derechos humanos que nos ha colocado a los argentinos en un lugar privilegiado".
A esto agregó una crítica a la decisión de un juez condenado por delitos de lesa humanidad que se ofreció como fiscal del frente Cambiemos, al señalar que "hay una minoría que sueña con la impunidad pero los derechos humanos es un tema aceptado por las grandes mayorías".
La jefa de Estado expresó hoy su "preocupación por las cosas que sucedieron en estos días, no puedo dejar de manifestarlas" y señaló -entre ellas- la "vandalización de la mansión Seré, un campo de concentración de la dictadura, con inscripciones muy feas como que el 22 se acaba el curro". (Agencias/Jackemate.com)