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Hace cincuenta años comenzaba a funcionar la línea K de trolebuses por calles de Rosario. También se cumple medio siglo de la aplicación del llamado ‘Plan Larkin’, por el cual los ‘ferrocidas’ en esta ciudad primero mataron el sistema de tranvías y treinta años después, en medio de la gestión presidencial del peronismo liderado por el riojano Carlos Saúl Menem, terminaron cerrando los servicios de trenes de pasajeros interurbanos y de medio y larga distancia, algo que no habían podido lograr las dos dictaduras militares previas.

Los ‘ferrocidas’ como se los conoce actualmente o aquéllos que, impulsados por políticas neoliberales en favor del caucho y de las gomas, en particular, comenzaban a celebrar el exterminio del transporte masivo por medio de las vías en nuestro país, mientras en la Europa de la pos II Guerra Mundial se tendían más kilómetros de vías y se propiciaba el uso masivo de los tranvías en las grandes ciudades.  

Para celebrar la aparición del trolebús en Rosario se hará este lunes, a las 16, en la céntrica plaza Sarmiento el final de las celebraciones (si las habría para quienes nos gustan ver circular tranvías por las calles rosarinas) por el cincuentenario de la línea K.

Estas actividades habían comenzado el 4 de mayo en oportunidad de la reinauguración del trolebús histórico FIAT N° 39 preservado por la Asociación Rosarina de Amigos del Riel (ARAR) y la SEMTUR, y continuaron con la exposición fotográfica “Línea K, 50 años con vos”, durante octubre pasado, en el Centro Cultural ‘Bernardino Rivadavia’.

Por su parte, también está en circulación una serie de tarjetas magnéticas de uso frecuente, que incluyen fotografías coleccionables de la historia de esta línea de transporte.

Este lunes se presentarán el aludido trolebús histórico, un trolebús recientemente remodelado por una carrocera local y un micrómnibus Chevrolet reparado a nuevo.

Se complementará, asimismo, con una exposición fotográfica y un video conmemorativo. A las 19:15, dará comienzo el acto protocolar con la presencia del intendente rosarino Miguel Lifschitz y, seguramente, de la intendenta electa, Mónica Fein, quien asumirá sus funciones el próximo 10 del actual, siendo la primera mujer jefa del Palacio de los Leones, sede del Gobierno municipal.

Hagamos un poco de historia. El 3 de diciembre de 1961 se inauguraba la línea “K” del sistema eléctrico de Trolebuses desde la esquina de Avellaneda y Mendoza, en el barrio de Echesortu. Era el punto culminante del plan iniciado en 1958, tras la habilitación de 4 líneas previas.

Desde el primer momento fueron titulares los trolebuses FIAT/Alfa  Romeo/CGE de procedencia italiana, que fueron adquiridos por la Empresa de Transporte de Rosario, la que luego se convertiría en Dirección General de Trolebuses de la Municipalidad.

La línea K: su recorrido

Su recorrido inicial se extendía desde Mendoza y Nicaragua hasta la avenida Pellegrini y Necochea, en el sudeste del macrocentro de la ciudad, convirtiéndose de inmediato en el medio de transporte favorito de las barriadas del oeste rosarino.

El trolebús, totalmente inserto en la vida urbana de los rosarinos, atravesó épocas de esplendor y decadencia.

Llegó septiembre de 1969, y muchos coches fueron destruidos durante los sucesos populares conocidos como “El Rosariazo”, cuando en el país gobernaban un gobierno dictatorial liderado por los militares.

Aunque la “K” sufrió pérdida de parte de su flota, se priorizó mantener su calidad de servicio y en poco tiempo los problemas fueron subsanados. Poco tiempo después, se cambió el sentido circulatorio de calles Leandro N. Alem y de Necochea, decidiéndose entonces la prolongación de la línea hasta Pasco y Necochea, en el barrio de “la Sexta”.

Los coches italianos ya acusaban sus años en servicio, y es por eso que desde 1971 fueron reforzados, en ocasiones, con los trolebuses Mercedes Benz incorporados por entonces, aunque su presencia en la “K” era esporádica.

En 1979 se dispuso la privatización del servicio de trolebuses. A partir de ese momento, se comenzó a radiar la flota municipal, reemplazándosela por trolebuses reformados, otros ensamblados por la concesionaria y media decena de unidades Uritzky producidas en la extinta Unión Soviética. También se ensayó un prototipo de vehículo eléctrico a baterías, que no pasó de la fase experimental.

La prestación no resultó satisfactoria y la disminución de la flota tanto en cantidad como en calidad era notable.

Por eso, en 1984 se desactivó la línea “M” y, pese a suponerse que con esa medida se recuperaría la tradicional calidad de la “K”, ello no fue así.

La inserción de colectivos diesel durante la crisis energética de 1998, se perpetuó dando paso a nuevos automotores que desvirtuaban la esencia de la concesión otorgada.

Tras la caducidad de la concesión, a fines de 1992 se otorgó una nueva licencia por el término de quince años. La nueva empresa incorporó veinte trolebuses Volvo Marcopolo Powertronics, de industria brasileña, los que empezaron a circular el 25 de enero de 1994, bajo una línea aérea totalmente reciclada.

Para ese entonces, el recorrido se había extendido a la Ciudad Universitaria al este del municipio, y a Mendoza y Sánchez de Loria, en el extremo opuesto.

En poco tiempo la línea recuperó su proverbial calidad de servicio, con coches circulando a cinco minutos uno del otro. Rosario tuvo la posibilidad de conocer cómo es un trolebús moderno y seguro.

La creciente crisis económica de fines de los ‘90, hizo que la concesionaria dejase de invertir en el servicio, y tal como había ocurrido con su antecesora, la decadencia volvió a hacerse presente, con apenas doce coches en circulación. El último avance se registró en 2003, con la prolongación hasta Mendoza y Wilde.

La Municipalidad de Rosario se vio obligada a tomar el servicio a su cargo, a partir del 25 de octubre de 2004.

En 2010 se produjeron hechos auspiciosos: el primero es la recuperación conjunta entre los Amigos del Riel y la SEMTUR, de un trolebús FIAT original de 1961, hoy convertido en ‘trolebús histórico’.

Ello se complementó con el inicio del programa de reparación general de trolebuses a través de una carrocera local, y que ya cuenta con siete coches totalmente refaccionados, incluyendo detalles de confort como aire acondicionado.

La Asociación Rosarina Amigos del Riel reafirma su “conocida y coherente” posición en favor de los transportes por riel y en este caso, eléctrico, celebrando jubilosa las bodas de oro de la tradicional Línea K de Trolebuses, instando a las autoridades “a la expansión de la red y a la recuperación de corredores cancelados ignominiosamente en el pasado. Será una reparación histórica celebrada por todos”, concluye un comunicado de la entidad local. (Jackemate.com)

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