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A sólo 15 meses de la llamada ‘Tragedia de Once’, la línea ferroviaria del Sarmiento nuevamente es noticias por un terrible choque de trenes de pasajeros, en el que murieron, hasta este jueves, tres pasajeros y otros 315 resultaron con lesiones de distinta consideración. Esta vez el accidente ocurrió poco después de las 7, a unos pocos metros de la estación Castelar, en el oeste del Gran Buenos Aires

Una formación de pasajeros del Sarmiento, que se encontraba detenida a metros de la estación Castelar, fue embestida de atrás por otro tren que iba en el mismo sentido, y las escenas vividas en la terminal de Once se repitieron, con el ulular de las ambulancias y de los bomberos, y la gente que escapaba de las formaciones como podía, mientras otros ayudaban a los primeros heridos a salir de los coches siniestrados

La cifra de fallecidos fue confirmada por el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, quien habló en Casa de Gobierno, aunque más temprano lo hizo el subsecretario de Salud de Morón, Carlos Grillo, quien había anticipado que había “tres víctimas fatales”.

El accidente se produjo a las 7.07 cuando un tren de la línea Sarmiento que iba a los talleres de Castelar chocó a la altura del paso a nivel de la calle Zapiola contra otra formación que iba rumbo a Moreno y estaba detenida en las vías con decenas de pasajeros a bordo.

Si bien todavía se desconocen las causas del accidente, diferentes delegados ferroviarios denunciaron que la formación que embistió a la otra "tenía problemas de frenos".

No obstante, esa versión fue desmentida en un comunicado por la UGOMS (la Unidad de Gestión Operativa de las líneas Mitre y Sarmiento), pero ratificada por los delegados gremiales del ‘Pollo’ Sobrero.

"A las 7:07 la formación 3725 chapa 19 se encontraba detenida entre las estaciones de Morón y Castelar sentido ascendente, cuando, por motivos que aún se desconocen, la formación 3727 chapa 1 embistió de atrás a la formación que se encontraba detenida", precisó la UGOMS.

"Como consecuencia del accidente tenemos que lamentar la muerte de 3 pasajeros y una gran cantidad de heridos que fueron atendidos en el lugar por el SAME", añade el comunicado, que subraya que los dos trenes "fueron habilitados el pasado 11 de marzo de 2013 por el Consejo de Profesionales de Ingeniería Mecánica y Electricista".

La UGOMS también destacó que "la formación del Chapa 1 tuvo una intervención profunda recientemente, con una reparación general de bogíes, renovación total del sistema de frenos Knorr-Bremse y reparación de equipos eléctricos, entre otros trabajos menores".

“La Empresa aclara que el sistema de señales funcionaba al momento del accidente. (…) En los instantes previos al impacto, de acuerdo al análisis que surge del monitoreo satelital, la formación frenó normalmente en la estación Morón. Posteriormente, la formación chapa 1 cruzó una primer señal a “precaución” (lo que determina que debe bajar la velocidad) y las siguientes tres señales a “peligro”. De acuerdo al reglamento operativo, ante una señal de peligro el conductor debe detener completamente la formación, situación que no ocurrió”, añadieron.

Este choque de trenes revivió la tragedia de Once, ocurrida un 22 de febrero de 2012, en la que murieron 51 pasajeros y más de 700 resultaron heridos.

Las imágenes del accidente en Castelar parecían calcadas de lo sucedido 15 meses atrás: vagones incrustados en otros, hierros retorcidos, pasajeros atrapados, heridos, muertos

Los relatos de los sobrevivientes y testigos del choque dieron cuenta de la dramática situación. Miguel, quien viajaba en el primer vagón de uno de los trenes, contó que donde estaba él había gente atrapada entre los fierros. “Había gente muerta”, dijo.

Como si fuera un trágicodeja vu’ del accidente de 2012, otros pasajeros relataron que cuando se produjo el impacto. "Estaba parada y sentí un ruido como una explosión y vi humo. Todos se cayeron encima mío", describió otra joven, que detalló que a raíz del impacto tiene "mucho dolor de cintura y piernas".

Randazzo reclamó “cautela y responsabilidad”

Por otra parte, el ministro del Interior y de Transporte de la Nación, Florencio Randazzo, habló desde Casa de Gobierno para solidarizarse con los familiares de las víctimas, al a vez que pidió "cautela y responsabilidad". Informó, además, que se interrumpirá el servicio de la línea Sarmiento por 24 horas para dejar trabajar a la Justicia.

En tanto, el titular de la Auditoria General de la Nación (AGN), Leandro Despouy, aseguró que “estamos frente a una tragedia nacional del transporte” y agregó que “hoy es un acto temerario viajar en tren”.

Randazzo, que realizó una fugaz recorrida por el sitio de la nueva tragedia del Sarmiento, afirmó: "Quiero mandar un mensaje de acompañamiento y solidaridad a los familiares de los tres fallecidos y a los familiares de los heridos".

Nervioso y sin saco ni corbata, el bonaerense ministro nacional precisó que "estamos ante un hecho muy grave, queremos determinar si se trató de un siniestro o un accidente. Es decir, si se pudo evitar, no fue un accidente y se buscará a los responsables".

Randazzo, quien sonaba como uno de los candidatos del kirchnerismo a encabezar la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, mantuvo diálogo –según dijo él- con la presidenta Cristina Kirchner desde el primer momento y con el juez y fiscal de la causa.

Comunicó los teléfonos de emergencia y precisó el número de heridos en internados en diferentes hospitales de la zona.

"Hemos decidido interrumpir el servicio de la línea Sarmiento por 24 horas para que la Justicia pueda investigar con total tranquilidad", informó el ministro y luego aclaró que los frenos de la formación del tren ‘Chapa 1’ eran nuevos, puesto que habían sido refaccionados junto con los de otras formaciones que se sometieron a service de mantenimiento.

Por la tarde, el ministro volvió a brindar una conferencia de prensa donde aseguró que "el tren chapa uno había sido totalmente reparado, de los cuales dentro de las reparaciones estaban los frenos, esto es parte de un proceso que iniciamos el año pasado de mejoramiento del material rodante".

Randazzo sostuvo que al ‘motorman’  (conductor de la formación ferroviaria) se le realizaron dos controles de alcoholemia, que arrojaron el resultado de "alcohol en sangre cero", pero señaló que antes de chocar "no se atendió a dos señales, que indican que debe detener el tren".

Consultado respecto a uno de los reclamos de los familiares de las víctimas de Once, sobre que las formaciones son reparadas en talleres del Grupo Cirigliano, el ministro dijo que "la Justicia debe determinar la responsabilidad de Cirigliano".

Despouy: “Fracaso que nos provoca escalofríos”

Pero el titular de la Auditoria General de la Nación (AGN) expresó que “resulta muy chocante” este nuevo accidente que “nos hace revivir la tragedia” que en febrero de 2012 provocó 52 muertes.

"Randazzo nos manifestó su profunda preocupación por llevar adelante medidas sobre nuestras recomendaciones", dijo Despouy, quien describió la situación ferroviaria como un “fracaso” que “nos provoca escalofrío".

Debido a sus informes sobre Once, el Gobierno de CFK intentó remover de su cargo de Despouy a través de una maniobra en el Congreso de la Nación.

Eso ocurrió en octubre de 2012, cuando en el kirchnerismo desconoció su mandato, al afirmar que había caducado en marzo de 2010.

La oposición defendió al radical en su cargo y torció el brazo del oficialismo, en lo que el funcionario definió como un intento de “golpe institucional” en su contra.

“Es una perversa maniobra para proteger a (Ricardo) Jaime y (Pablo) Schiavi, entre otros”, denunció en aquel momento sobre los hoy procesados ex secretario de Transporte de la Nación, pero cuando se dependía del Ministerio de Planificación Federal a cargo de Julio De Vido.

¿Y la ‘Revolución Ferroviaria’ donde está?

Es irritativo reiterar que lo ocurrido en Castelar es evitable, pero para eso hace falta que quienes estén a cargo de transporte sepan de qué se trata.

Además, que el Gobierno nacional haga las inversiones necesarias para poner el servicio d trenes de pasajeros, al menos, en Capital Federal y en el Gran Buenos Aires en perfecto orden, antes de avanzar con su anunciada ‘Revolución Ferroviaria’ hacia el interior profundo de la Argentina.

Después de diez años de gobierno kirchnerista, donde hubo un verdadero festival de subsidios a los privados sin que éstos hubieran hecho mínimas inversiones para mejorar el sistema en su conjunto, no se puede soslayar, al menos, “responsabilidad política” por lo ocurrido en Once y ahora en Castelar, porque es el Estado quien debió controlar a los concesionarios que las inversiones previstas por el convenio se cumplan a rajatablas.

Además de haber auditado, al menos una vez por año, si los subsidios que recibieron fueron ejecutados en los destinos previstos, porque nadie puede del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner puede mirar al costado y decir nosotros en estos no tenemos la más mínima culpa”. (Jackemate.com)

 

 

 

 

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