La inseguridad es tan evidente que no admite la más mínima excusa. Ahora le tocó al arzobispo de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli, quien fue víctima de un robo dentro de una iglesia. El hecho ocurrió tras la misa del jueves en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en Palermo
Tras brindar una misa, el cardenal primado y sucesor en el cargo de Papa Francisco fue a la sacristía para cambiar su vestimenta y dejó ahí su portafolio.
Luego se puso a hablar afuera con el párroco de la iglesia y algunas otras personas que se habían acercado. Según indicó el diario La Nación, al regresar en busca del portafolio, el mismo no se encontraba más en su lugar.
Según explicó el propio arzobispo de Buenos Aires, en el bolso llevaba vestimenta sacerdotal y un prendedor de oro que le había regalado el papa Francisco.
Por el caso interviene la comisaría 21° de Capital donde labraron actuaciones por hurto con intervención de la fiscalía correccional a cargo de la fiscal Bravo.
Dado que en las inmediaciones de la Parroquia hay cámaras de seguridad, la Policía ya pidió las imágenes para analizadas.
Los robos, atracos, asaltos y otros delitos ya no se circunscriben a un extracto social, a una zona, a una ciudad y ahora cualquiera puede ser víctima de una delincuencia cebada de impunidad y de una Justicia que no es justicia para nadie que no sea para los delincuentes, que salen rápido por la puerta giratoria de una Justicia que ya no convence a nadie. (Jackemate.com)