La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), a diferencia de otras del país, tiene la mira en puesta en mejorar cada vez más la movilidad de sus pobladores con medios más cómodos, seguros y eficientes. No piensa en el presente que la rodea, sino que tiene una mirada más profunda y extensa en el futuro que le viene. Ahora, la gestión de gobierno de Mauricio Macri anunció que en el 2017 comenzará a construir una nueva línea de subterráneos, la F, que, con más de 3,5 kilómetros de extensión, unirá Constitución con la Facultad de Derecho
Según publicó en su edición impresa de este domingo el periódico ‘Perfil’, la construcción de la línea F está prevista por la Ley 670 y originalmente fue pensada para unir Constitución con Plaza Italia, pero los estudios que hace varios meses Sbase le encargó a la estatal francesa Systra, muestran un recorrido por debajo de las avenidas Garay, Entre Ríos y Callao, con destino final en Facultad de Derecho.
Sin embargo, la idea del Gobierno autónomo liderado por Mauricio Macri es extenderla desde su extremo sur hasta Barracas y en un futuro hasta la localidad bonaerense de Avellaneda, por las avenidas Montes de Oca y Hornos.
De todos modos, la primera etapa, cuya obra se estima para 2017, irá sólo desde Constitución hasta el cruce de Callao y Santa Fe. Ese tramo inicial, estiman, le alcanzará para transformarse en la línea con más pasajeros, ya que transportará unos 500 mil por día.
El artículo periodístico también hace mención al funcionamiento de este nuevo corredor, que está prácticamente definido y que pasará a integrar la lista mundial de los subtes automáticos, que suman 38.
“Es decir, dejará de tener en cada formación un conductor y un guarda, una modalidad prácticamente extinguida si se tiene en cuenta que hay metros en 158 ciudades del mundo y sólo en cuatro –Buenos Aires, Nueva York, Osaka y Tokio– funciona alguna de este modo”, se agrega.
Sin control remoto ni yoystick, sino automatizados por un cerebro
Se especifica que los subtes automáticos no se manejan desde un control ni con un joystick, sino que “la tecnología incorpora un cerebro que comanda las formaciones y nunca permite que un tren se acerque a otro a menos de una determinada distancia. Hasta el momento, no se han registrado accidentes en aquellas líneas que implementaron este sistema”.
En cuestiones económicas, se precisa que el mayor gasto en la construcción de una nueva línea tiene que ver con la obra de ingeniería y los túneles, porque “la automatización la encarece sólo entre 5% y 10%”.
Por ello, se calcula que el kilómetro de subte oscila los 100 millones de dólares, y en torno a la automatización ofrece una serie de ventajas, “entre las que sobresalen una sustancial baja en los costos de operación, la posibilidad de ajustar la frecuencia rápidamente de acuerdo a la demanda y sin la necesidad de contar con conductores disponibles, y también un ahorro significativo en energía y en reparaciones, puesto que los trenes se usan optimizando al máximo los recursos”, se menciona en el mismo artículo.
Juan Pablo Piccardo, titular de Sbase, ante una pregunta del periódico porteño, negó que el proyecto de esta línea de subtes automatizada esté orientado a prescindir de los llamados ‘metrodelegados’.
“De ninguna manera buscamos sacarnos al sindicato de encima. A la gente la necesitás igual en talleres, en venta de boletos y fundamentalmente en brindar información al usuario. La dotación sería la misma, lo que cambia son las tareas; en lugar de apretar un botón y abrir las puertas, pasarán a prestar asistencia al usuario o al mantenimiento de tecnologías”, aclaró Piccardo.
De hecho, la idea ya está en práctica porque “700 boleteros y 400 auxiliares están en plena capacitación para mejorar la relación con el usuario”, recordó el titular de Sbase.
Se especifica que esta futura línea F de subtes operará con 15 trenes y una frecuencia de 90 segundos. Tendrá lo que se llama puertas de andén, y en cada estación los túneles estarán separados de los pasajeros por una mampara con puertas automáticas.
El tren para siempre en el mismo lugar y recién una vez que está totalmente detenido, se abren las puertas del coche y luego las del andén. La medida impide, por ejemplo, que alguien se tire o caiga a las vías. (Perfil/Jackemate.com)