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El politólogo y reconocido analista del peronismo, Julio Bárbaro, además de un indiscutido dirigente histórico del partido fundado años antes de mediados del siglo pasado por el general Juan Domingo Perón, describió cómo fue el PJ con su líder vivo hasta 1974 y cómo mutó después cuando falleció y dejó a su viuda como única depositaria del PJ

Indudablemente Bárbaro es una voz autorizada para reflexionar sobre el devenir partidario del peronismo, más aún cuando hemos pasado recientemente una nueva celebración del 17 de octubre, fecha marcada a fuego en el calendario litúrgico peronista, y cuando nos aproximamos al 2015, un año electoral donde el kirchnerismo no podrá constitucionalmente contar con la actual presidenta Cristina Fernández para una segunda reelección.

Hace pocos días falleció Antonio Cafiero, un histórico del peronismo que se caracterizó por practicar el diálogo y tolerancia, dos rasgos ausentes en la política argentina y en el partido. ¿Es utópico un PJ unido en 2015?

– Haría una pregunta anterior: ¿Está vivo el peronismo? El peronismo fue la reivindicación de los marginales y los humildes que estaban afuera de la historia. Perón los ingresa. La vuelta de Perón es pacificadora, y luego se apropia o se monta en el peronismo una derecha liberal, con Menem, y una izquierda seudo revolucionaria, con Kirchner. En realidad, el peronismo ya está más usurpado que vivo.

Siempre fue difícil definirlo…

– Pino Solanas es uno de los más peronistas, y está en UNEN. Yo estoy con De la Sota. Con Macri hay muchos. Hay con Massa, y hasta debe haber alguno perdido con Scioli, poquitos, porque en el kirchnerismo no quedan.

En estos casi 70 años de historia, ¿qué logró y qué le falta al peronismo?

– El peronismo logró integrar a los humildes. Hasta el 73, somos la sociedad más integrada de América latina. O sea que la dictadura nos destruye la integración social y la distribución. Yo me crié en una sociedad donde nadie pedía trabajo, había pleno empleo.

La destrucción de la Argentina empieza con Martínez de Hoz, que tiene que hacer un genocidio para hacer ese liberalismo que ellos soñaban. Y se completa con Domingo Cavallo y Menem. El retroceso está ahí, después vas a ver miseria, gente en la calle.

La idea del Consenso de Washington, la caída del muro, nos agarra con Menem, que por dos pesos vende a la madre. Debemos ser el único país del mundo que festejaba destruir los ferrocarriles.

¿Y qué le falta para ser lo que fue?

– Decidirse a ser un partido con sus ideas o un negocio con su memoria. Hasta hoy es un negocio con su memoria. Un tipo como (el gobernador tucumano José) Alperovich, que no tiene nada que ver con nosotros, vende coches, pone PJ y es gobernador. El peronismo es también el último nombre de la política, porque el no peronismo nunca hace nada.

En 2015 hay una posibilidad de que el peronismo no sea gobierno. Y se podría demostrar allí si es mito o no eso de que "solo los peronistas pueden gobernar este país".

– Eso es un bolazo, no un mito, una cosa muy gorila. Cuando Alfonsín asume, el poder de la dictadura es muy grande, los militares son muy fuertes, los empresarios son muy fuertes y el sindicalismo molesta. Ese Estado no está más. Hoy con los botones de Estado puede gobernar cualquiera que los sepa manejar. Hoy no le hacen 13 huelgas a nadie. Con los mismos botones, De la Rúa tenía temor y Kirchner te perseguía. El poder era el mismo.

Pero era distinto el contexto.

– Pero la conciencia del poder es la misma. El peronismo fue una escuela de poder. El radicalismo, lo hablaba alguna vez con Juan Carlos Pugliese, que me decía: "Nosotros todavía creemos que el poder está en la urna". La idea de que todo lo demás es conspirativo… Y no es conspirativo todo lo demás.

El kirchnerismo también ve conspiraciones en todas partes. Cristina sobre todo.

– Cristina es otra cosa. Es una fanática de una causa difusa, alguien que convirtió sus caprichos en dogmas, pero no dejan de ser caprichos. Yo he discutido con Cristina mucho, y ellos no leyeron a Perón, a nadie, tienen una cultura de abogados. Si vas a Uruguay, Mujica tiene una dignidad y una historia… Acá cuando entrás a revisar la historia, están todos flojos de papeles. Si esto es peronismo, es su degradación. Si Perón hubiera sido como Kirchner, no hubiese durado 10 años el peronismo. Porque estaba rodeado de aplaudidores. El que aplaude todo, entrega la dignidad. Yo le decía a Kirchner, "no quiero estar cerca tuyo porque vos cuando ordenás, humillás".

Se habla de cuatro peronismos. ¿Cómo sería el quinto? ¿Quién lo encarnaría?

– Digo a veces que no me importa si el próximo presidente es de izquierda, derecha, radical o peronista. Me importa que al verlo parado frente a otros presidentes, no me dé vergüenza. Ya no es la ideología, es la estatura.

¿Qué futuro cabe esperar para el kirchnerismo después de 2015?

– El kirchnerismo, todo lo que tiene de "peronismo", es obsecuencia; esos tipos van a trabajar para el Gobierno que venga.

En el ‘99, una vez que dejó el poder, a Menem todos le dieron la espalda. ¿Imagina un final parecido para Cristina?

– Cristina tiene un núcleo duro, Página 12 y Carta Abierta, 5 ó 6%, una izquierda chanta que soñaba con tener poder, se lo regaló el kirchnerismo y cree que es hacer la revolución. Termina deprimida y en la casa, igual que Menem.

Se dice que sería diputada para preservar los fueros. ¿Qué están pensando los K?

– Nada. La concepción conspirativa de la historia nos pone a imaginar cosas que ellos no imaginan. Para imaginarse abajo del poder hay que tener una voluntad y una grandeza… Si en lugar de bajarse del poder, el poder te tira, te lastima cuando te caés. El poder la tira. Cuando llame a cadena nacional va a haber un fotógrafo con una maquinita. Es patético. Los enamorados del poder cuando lo pierden se vuelven patéticos. Ella es igual que Menem.

¿La aparición de Máximo en la escena política no esconde ninguna estrategia?

– Da vergüenza. Es porque no tienen conciencia de la realidad, ya viven su propia ficción. Ese pobre chico nunca supo qué decir y ahora lo dice, y los que no se quieren ir del carguito, gritan. Todo es patético. La historia se repite dos veces: la primera como tragedia; esto es la comedia de los ‘70.

¿Podrá rearmarse el peronismo para seguir siendo alternativa de poder?

– Puede rearmarse o no. Creo que lo que mejor le vendría al peronismo es no ser gobierno en 2015. Porque el Gobierno desgasta y el partido es el Gobierno. Pensás en la oposición, cuando sos Gobierno, no pensás. En el llano impera la inteligencia, en el poder la picardía.

¿Por qué cree que el Gobierno decide otra vez librar su batalla contra Clarín?

– No hay nada, el pobre Sabbatella, resto de un PC staliniano, el sueño de que nadie opine distinto no lo termina… Es grotesco. Leo un libro de Mujica y una entrevista a Evo Morales que sacó El País de España y digo: esto hace 50 años eran los discursos de Perón.

¿Y de quién es la culpa de que estemos como estamos? Para algunos es del peronismo.

– De una sociedad apolítica. La política no nos importa. Por eso el peronismo tiene la virtud y el defecto de haber sido la última gesta, y ahí quedamos. El apolítico es un ser despreciable, no le importa el otro. En la vida es por amor o por plata. Si tenés el sueño de un país mejor, el dinero te importa un rabanito.

¿La disputa peronista se dirime el año próximo en las PASO u otra vez en la general?

– El oficialismo está derrotado. Si tiene candidato, es Scioli. Cuando Forster dice "Scioli no me representa", dice la verdad. Si Scioli lo representara, tendría cuatro votos. El Gobierno pierde en todas las situaciones. Tiene 60% que no lo quiere. Scioli, que es el mejor, pierde con UNEN, Macri y Massa. Todos tienen 30%, más o menos. Ahora, a los 30% de Scioli, los 20%, de Macri, de Massa o de UNEN, en el ballotage, lo aplastan.  (Jackemate.com)

 

Fuente: Infobae

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