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Este Día de la Bandera perdió todo el sentido patriótico que cultivamos y mamamos los rosarinos desde nuestro nacimiento mismo. La presidenta Cristina Fernández politizó y aprovechó esa sagrada tribuna para hablar en primera persona de los logros de su gestión de gobierno; de lo que hizo su esposo fallecido, el ex presidente Néstor Kirchner desde el 2003 al 2007, y, finalmente, cuando les habló a los jóvenes militantes del partido gobernante que, con pancartas y banderas de las distintas corrientes internas, se concentraron frente al palco oficial. Y lo peor, como nunca había ocurrido antes, el dueño de casa, el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, y el gobernador de la provincia, Hermes Juan Binner, no pudieron hablar.

Fue un discurso único de una jefa de Estado más preocupada en su futuro político que en este acto patriótico, donde ni los efectivos militares pudieron jurarle fidelidad a su bandera, la de la Argentina.

Es que el personal de Protocolo de Presidencia de la Nación había hecho varios pedidos para que el protagonismo del acto fuese únicamente de Cristina: El palco oficial tenía que estar cerca de la gente y que se acortaran los tiempos de los discursos, entre otros aspectos. De todas maneras, hasta último momento estaba previsto que Binner hablara. ¿Por qué no lo hizo? Esa es la pregunta que todos los periodistas se hacen.

Todo parece que el clima político imperante habría causado que Binner desistiera de hablar, como lo han hecho todos los gobernadores. La fuerte presencia del gobierno nacional –Cristina junto a casi todo su Gabinete nacional–, miles de militantes K con banderas y cánticos y varios abucheos al socialista gobernador y candidato presidencial por el Frente Amplio Progresista desde temprano, hicieron que  haya decidido no figurar entre los oradores.

"Binner gorila, cuidado con Cristina", le gritaron los jóvenes embanderados con el kirchnerismo. Como sea, fue decisión del mandatario provincial no hablar.

“Enrollamos las banderas muchachos. Enrollarlas, nunca bajarlas”, dijo la mandataria mientras los militantes cantaban: "Borombombón, borombombón, para Cristina, la reelección".

“Estamos cumpliendo el sueño de Belgrano que quería una Argentina industrial, con educación, con progreso. Además sabía que también había que luchar por la Patria”, manifestó la mandataria desde un atril preparado en el palco.

Luego enumeró obras de su gestión y volvió a relatar: “Estas son las políticas de Belgrano. Me siento tan orgullosa de esto que hemos construido que era inimaginable hace 10 años cuando los argentinos estaban enfrentados”.

Cristina recordó a Néstor Kirchner en un tramo de su discurso, diciendo que “fue gracias a él, gracias a Néstor. Le pese a quien le pese. Fue un visionario, pudo ver lo que otros no veían. Él pudo ver lo que otros no veían. Tuvo la valentía y el coraje. Lo hicimos, lo estamos haciendo”.

Con varias referencias históricas, la Jefa de Estado sostuvo que así como hace 200 años se luchaba por la libertad, “hoy tenemos que ir por la igualdad de los argentinos”.

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Y afirmó: “Ya sabemos que las luchas por la igualdad tampoco suelen ser edulcoradas siempre hay intereses minúsculos pero poderosos que necesitan que los argentinos estemos desunidos”.

Luego expresó: "Si tuviera que elegir dos hitos históricos en estos ocho años diría que uno fue la decisión que él tomó de cómo abordar la reestructuración de la deuda y el pago al FMI. Y la otra fue recuperar la administración de los recursos de los trabajadores. La asignación universal no se paga con discursos y con proyectos de ley se paga con recursos que hay que administrar bien”.

El gobernador, que no hizo uso de la palabra, aplaudió pocas veces. Sólo se lo vio un poco más contento cuando la mandataria mencionó a Alicia Moureau de Justo, la principal referente femenina del socialismo argentino y esposa del fundador Juan B. Justo.

Concluidas las palabras de Cristina, comenzó el desfile militar y la recorrida de la bandera más larga del mundo del proyecto Alta en el Cielo. La segunda parte del acto contó con la presencia de todas las autoridades locales, provinciales y nacionales que se aceraron al acto del Monumento.

Bajo una llovizna, la presidenta recibió emocionada varios regalos y saludos del público. Poco antes de las 15, abandonó el palco oficial acompañada por el candidato a gobernador del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, y toda la comitiva nacional.

Casi todo el gabinete vino a Rosario. Estuvieron en el palco el jefe de Gabinete Aníbal Fernández, los ministros del Interior Florencio Randazzo, de Defensa Arturo Puricelli, de Educación Antonio Sileoni, de Seguridad, Nilda Garré; y los secretarios de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal Medina, y General de la Presidencia Oscar Parrilli, entre otros.

A primera hora, Lifschitz, en diálogo con el programa ‘Diez Puntos’ de Radio 2 de Rosario, expresó temprano un deseo: "Ojala nadie quiera utilizar partidariamente este acto".

También Binner habló del tema, cuando fue pasada las 8 al Monumento y ya vio que había carteles kirchneristas: "Me gustaría que haya todas banderas argentinas en lugar de banderas partidarias", le dijo también a Radio 2. (Jackemate.com)

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