Hebe de Bonafini, titular de la Fundación ‘Madres de Plaza de Mayo’, está más que complicada ante la Justicia. La ex secretaria administrativa de dicha entidad aseguró en los Tribunales de Comodoro Py que Bonafini conocía "la totalidad de las operaciones, cobros, pagos y otras gestiones que se realizaron", pudo saber de fuentes de la causa
Patricia Beatriz Alonso se presentó a declaración indagatoria ante el juez federal Norberto Oyarbide en la causa por supuesto desvío de fondos públicos en la Fundación, negó las acusaciones en su contra y, mediante un escrito, contó qué hacía "como secretaria ejecutiva y técnica contable" desde 2001.
"No me cabe duda alguna de que la señora Hebe Pastor de Bonafini conoció por intermedio mío y por el de otros empleados de la Fundación la totalidad de las operaciones, cobros, pagos y otras gestiones que allí se realizaron", sostuvo esta mujer, quien dijo que tenía su despacho a pocos metros de los de Bonafini y del ex apoderado Sergio Schoklender.
Alonso explicó que "la Universidad de las Madres, aprobada por la Comisión de Evaluación y Acreditación Universitaria y el Ministerio de Educación", que funcionaba en la sede de la Fundación, "se iba a solventar con la venta de paneles" destinados a la construcción de viviendas sociales en el plan "Sueños Compartidos. El excedente que se tenía, debía venderse a efectos de cumplir con el mencionado objetivo".
Así, la declarante dejó abierta la posibilidad de que el dinero público que, según Oyarbide, habría sido desviado de ‘Sueños Compartidos’ hacia los bolsillos de los imputados, podría haber sido destinado a financiar otras actividades de la Fundación, lo que habría estado debidamente documentado y previsto por el Estatuto de la Universidad.
Además, la imputada aportó también al juzgado documentación sobre otros gastos que se habrían realizado desde la Fundación, relacionados con viajes al exterior y pagos de servicios del departamento de Alejandra Bonafini —hija de Hebe—, cuya venta también aparece ahora investigada por la Justicia.
Sergio Schoklender, su hermano Pablo (ambos ex apoderados de la Fundación) y el contador Alejandro Gotkin fueron liberados el viernes pasado luego de que la Cámara Federal les redujera a 40 mil pesos las millonarias fianzas que Oyarbide les había fijado para quedar excarcelados.
Los tres están acusados de liderar una asociación ilícita que desvió fondos de la Fundación que desde la ‘Casa Rosada’ giró para construir viviendas sociales.
En tanto, Oyarbide lleva adelante una segunda ronda de indagatorias a 45 personas, entre las cuales está Alonso, imputadas por el fiscal Jorge Di Lello. (Jackemate.com)