Por Ricardo Marconi (*)
Como lo habíamos adelantado en una serie de notas sobre el amartizaje de nuestra civilización, la NASA lanzó esta mañana, -desde el centro espacial Kennedy de Cabo Cañaveral-, la misión ‘Perseverance Rover’. El cohete Atlas porta un robot con el tamaño de un automóvil, de una tonelada de peso que mide 3 metros de largo y 2,2 metros de alto, destinado a buscar vida en el planeta rojo.
La fecha estimada de llegada a Marte es el 18 de febrero de 2021, estando prevista una exploración de un año marciano, equivalente a dos terrestres, lapso en que buscará “vida biológica”.
Jim Bridenstine, administrador de la NASA aseguró: “Esta es la primera vez en la historia en la que estamos yendo a Marte con la misión explícita de encontrar vida en otro mundo, la vida antigua en ese planeta”.
Jasmin Moghbeli, una de las astronautas que participó como anfitriona del lanzamiento, explicó que el ‘Perseverance’ lleva una placa de aluminio pegada en la que se honra el esfuerzo que el personal de salud está haciendo en todo el mundo para combatir el coronavirus y un rosarino controla los instrumentos científicos de la misión.
El objetivo del ‘Perseverance’ es recolectar muestras de roca y tierra, las cuales serán almacenadas en tubos para que en el futuro puedan ser trasladas a la Tierra por otra misión.
Con esta misión, la Nasa busca estudiar la geología de Marte para que en futuras incursiones se pueda producir oxígeno a partir del dióxido de carbono que se encuentra en la atmósfera del planeta. El ‘Perseverance’ recorrerá el llamado cráter Jezero, que mide unos 49 kilómetros de diámetro y está ubicado al norte del Ecuador del planeta.
El ‘Perseverance’ –tal como lo adelantamos en nuestra columna-, lleva también el Ingenuity, un pequeño helicóptero del tamaño de un dron y que pesa apenas 1,8 kilos, con el que la agencia norteamericana intentará concretar el primer vuelo propulsado en Marte.
Vale apuntar que las posibilidades de que una nave llegue a Marte ocurren cada 26 meses, con lo cual, de no haber lanzado el ‘Perseverance’ hoy, recién podrían volver a intentarlo en septiembre de 2022.
Las teorías actuales que predicen las condiciones en las que se puede encontrar vida requieren la disponibilidad de agua en estado líquido, por lo que es tan importante su búsqueda.
Un estudio publicado en 2015 por la NASA concluyó que hace 4300 millones de años y durante 1500 millones de años, el planeta tuvo un extenso océano en el hemisferio norte, [1] con un volumen mayor que el del Ártico, [2] suficiente para cubrir todo el territorio marciano con 130 m de profundidad. [3]
En 2003 fueron detectadas trazas de gas metano en la atmósfera de Marte [4], lo cual es considerado un misterio, ya que bajo las condiciones atmosféricas de Marte y la radiación solar, el metano es inestable y desaparece después de varios años, lo que indicaría que debe de existir en Marte una fuente productora de metano que mantiene esa concentración en su atmósfera y que produce un mínimo de 150 toneladas de metano cada año.5
La sonda «Curiosity») incluye un espectrómetro de masas que busca medir la diferencia entre 14 y 12 C para determinar si el metano es de origen biológico o geológico.
No obstante, en el pasado existió agua líquida en abundancia y una atmósfera más densa y protectora; estas son las condiciones que se creen más favorables para que se hubiera desarrollado la vida en el planeta rojo.
En ese sentido, vale recordar que el meteorito ALH 84001 se considera originario de Marte, fue encontrado en la Antártida en diciembre de 1984 por un grupo de investigadores del proyecto ANSMET y algunos investigadores consideran que las formas regulares podrían ser microorganismos fosilizados.
Observaciones
Christiaan Huygens hizo las primeras observaciones de áreas oscuras en la superficie de Marte en 1659 y también fue uno de los primeros en detectar los casquetes polares. Otros astrónomos que contribuyeron al estudio de Marte fueron G. Cassini (calculó en 1666 la rotación del planeta en 24 horas y 40 minutos y en 1672 dedujo la existencia de una atmósfera en el planeta, mientras que W. Herschel descubrió la oblicuidad del eje de rotación de Marte y observó nubes.
En 1837 los astrónomos alemanes Beer y Mädler publicaron el primer mapamundi de Marte, con datos obtenidos a partir de observaciones telescópicas, siguiendo en esa tarea el británico Dawes, a partir de 1852.
Luego, el astrónomo norteamericano A. Hall descubrió los satélites Fobos y Deimos, mientras que el italiano G. Schiaparelli se dedicó a cartografiar el planeta rojo y actualmente se utiliza su trabajo para dar nombre a las regiones marcianas.
El astrónomo C.Flammarion y el aristócrata Percival Lowell se dedicaron a especular con la posibilidad de vida en Marte y este último construyó, en 1894, su propio observatorio en Flagstaff, Arizona.
Sus observaciones lo convencieron de que no sólo había vida en Marte, sino que era vida inteligente: Marte era un planeta que se estaba secando y una sabía y antigua civilización marciana había construido canales para drenar agua de los casquetes polares y enviarla hacia las sedientas ciudades.
Sin embargo, el gran astrónomo barcelonés Josep Comas Solá basándose en sus propias observaciones, fue uno de los primeros astrónomos de prestigio de todo mundo que defendió que en realidad los canales marcianos de Schiaparelli no existían.
Primero en artículos científicos como el publicado en 1901 en el “Bulletin de la Société Astronomique de France” y más tarde también en artículos de prensa, como el publicado el 16 de agosto de 1903 en el diario barcelonés La Vanguardia, en donde decía: “… Inútil es, pues, que perdamos el tiempo en torturar nuestra imaginación, buscando hipótesis que nos den cuenta más o menos satisfactoria de los canales de Marte.
Posteriormente, el otro gran astrónomo que también refutó lo aceptado fue el francés Eugène Antoniadi.
Hacia 1950 ya casi nadie creía en civilizaciones marcianas, aunque algunos sostenían la existencia de musgos y líquenes, siendo ello puesto en duda en 1965 cuando Marte fue visitado por primera vez por una nave espacial.
Vale apuntar que La primera sonda que visitó Marte fue la soviética Mars 1, que pasó a 193.000 km de Marte el 19 de junio de 1963, sin conseguir enviar información.
Observación de la Tierra
Vista desde Marte por los futuros astronautas, la Tierra sería un magnífico lucero azulino y tan brillante como lo es Júpiter visto desde la Tierra, por lo menos durante los períodos favorables (conjunciones inferiores de la Tierra), ya que nuestro globo presentará, visto desde Marte, las mismas fases que Venus visto desde la Tierra.
Con un telescopio, instalado en Marte, podría apreciarse el espectáculo resultante de la conjugación de los movimientos de la Tierra y de la Luna, así como de la combinación de las fases de ambos astros: Paso de la media luna sobre la mitad oscura del disco terrestre; paso del sistema Tierra-Luna ante el disco solar durante los eclipses. (Jackemate.com)
(*) Licenciado en Periodismo – rimar9900@hotmail.com
[1] Diario El País.
[2] ABC
[3] íbidem
[4] Mumma Michael J. Mars Methane Boosts Chances for Life.