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Por Ricardo Marconi (*)

CUARTA PARTE

Existen 77 millones de documentos marcados como secretos o clasificados en Estados Unidos y entre los más sensibles están los relacionados con los Ovnis y, particularmente los relacionados con los encuentros de pilotos de la Fuerza Aérea con los Tic Tac, en 2004.

Sobre una información relacionada con la nave presuntamente extraterrestre Gimbal se decidió en el Pentágono que no debía rebelarse. Eso sí, se hizo un análisis secreto y no fue filtrado, según Knap.

James Fox, otro investigar de temas relacionados con los Ovnis hizo conocer que se intenta silenciar a los que quieren testimoniar y buscan obtener evidencias presuntamente reunidas.

Ya no sé cuántas veces he visto en documentales, que se emiten por televisión, he visto el incidente ocurrido en el patio de una escuela de Australia, donde alumnos estaban de recreo y, de pronto, un OVNI apareció imprevistamente y por su tamaño y a baja altura aterrorizó a los alumnos que pasmados, miraban junto a sus docentes –quienes sacaron fotos-, como lo hizo la profesora de química Jocy Clarke.

Todos los que se hallaban en el lugar vieron como la nave aterrizaba tras un monte de pinos, pero la alumna Marylin Smith, de 14 años corrió al lugar del aterrizaje y al llegar el objeto no identificado ya había despegado.

Su amiga se desmayó en el lugar y tuvo que ser atendida de urgencia en un hospital. Tras los múltiples informes de la prensa en ese día, el gobierno se vio precisado a tomar una decisión y se inclinó por encubrir el caso,  e incluso prohibió la reproducción de un informe de un canal de televisión GTV en el que la educando Joy Tughe había descrito las naves puntillosamente, ya que, dos de tamaño menor, acompañaban a la más grande. Es más, del canal desapareció la entrevista y el gobierno se tomó el trabajo de plantar césped donde habías descendido la “nave madre”.

Siete días después el periódico Dandenong Journal publicó que la situación no pudo ser explicada, debido a que las autoridades del Estado le prohibieron hacer declaraciones a los profesores, según precisó luego y en el tiempo Mary Dodwell, fundadora del Australian Close Enconuter Resources.

Hay que hacer notar que los alumnos hicieron dibujos de las naves y de los policías borraron pruebas del incidente. A una profesora le

Confiscaron la cámara y hasta se tomaron el trabajo de amenazarla si hacía público lo que había visto. Se conoció luego que, a pesar de haberse realizado el operativo para hacer desaparecer pruebas comprometedoras, oreo Australiano, que no se hallaba en la escuela registró como la nave madre , ya en el espacio, se elevaba y se colocaba en posición vertical para cambiar de rumbo y acelerar. Era –como antes se decía- un “plato volador” metálico.

La persona que sacó la foto la hizo revelar y quienes lo hicieron concluyeron que en la imagen no había exposición múltiple, no se había hecho un montaje y no había alteración alguna.

Sobre este caso en particular Stephen Bassett, de Paradigm Research Group dijo que “se intentó hacer todo lo que fuera posible para evitar que el asunto pudiera confirmarse oficialmente”.

OVNI en forma de diamante -1980

Posteriormente, en otro suceso similar, los funcionarios no pudieron evitar que los comentarios se expandieran, debido a que los interesados en hacerlo conocer lo presentaron ante la Corte de Justicia estatal.

El hecho que nos ocupa ocurrió el 29 de diciembre del aludido año, cuando Betty Cash, Vicie Landrum y su nieto de 7 años, de apellido Colby, en un camino solitario por el que transitaban dentro de un automóvil, los encegueció una luz muy potente de un OVNI de forma de diamante que volaba aproximadamente a 15 metros de altura y de su base  salían llamas que calentaron el ambiente interior del vehículo  y la zona por donde circulaban , en un grado muy difícil de soportar, por lo que pararon el auto y descendieron.

Posteriormente hicieron declaraciones en un canal de televisión y testimoniaron sobre la aparición de alrededor de dos decenas de helicópteros que, “posiblemente escoltaban a la nave”.

El niño sufrió quemaduras y las mujeres tuvieron náuseas y vómitos como si hubieran estado expuestas a la radiación, ya que tenían los ojos hinchados y ronchas rojizas en el rostro,  en una de ellas, motivo por los cuales tuvo que ser hospitalizada. Días más tarde, a esta última víctima se le cayó la piel del rostro y el cabello, debiendo ser internada por un mes, aproximadamente.

Las dos mujeres y el menor demandaron por 20 millones de dólares a la Base Militar de la zona, pero en 1986, un magistrado desestimó la demanda, ya que “los testigos no pudieron probar que los helicópteros fueran del gobierno “y los militares que prestaron declaración negaron poseer en la base una nave en forma de diamante.

Exagente desmiente al gobierno

Muchos años después, Richard Dotty, un exagente de la Oficina de Investigaciones Especiales desmintió al gobierno y dijo que las naves existieron. La principal era un prototipo de un programa secreto de ingeniería inversa que experimentaba con propulsión nuclear.

Gary Mc Kinnon filtró datos de la inteligencia norteamericana y ello le permitió encontrar sitios de una red que no tenía contraseña o cuya contraseña era precisamente la palabra “contraseña”.

Sobre el final de la década del 90 Mc Kinnon fue interceptado por una agencia de inteligencia y la foto que intentaba dar a conocer fue borrada.

Fue en febrero del 2001, en Londres, cuando Mc Kinnon, que tenía 13 años, tuvo la posibilidad de presenciar una nave, con un brillo anaranjado de grandes dimensiones. Meses después del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York apareció un mensaje en una computadora del Pentágono que decía textualmente: “Su sistema de seguridad es basura. Soy Solo y continuaré interrumpiendo y causando problemas en el más alto nivel”.

Alerta máxima

El Pentágono se puso en alerta máxima. Así, entre febrero del 2001 y marzo del 2002, fueron tomados datos de 100 computadoras que iban a parar a un grupo denominado “Revelación”, conformado por alrededor de 400 testigos militares, quienes afirmaban que los ovnis eran reales.

Finalmente, Mc Kinnon fue arrestado por la Unidad Nacional de Crímenes de Alta Tecnología del Reino Unido en marzo de 2002, ya que buscaba datos secretos del Departamento de Defensa y de la NASA.

La investigadora de UFO Chase Kloetzke dijo que a Mc Kinnon se lo consideró un terrorista por obtener datos secretos de manuales oficiales de entrenamiento del Ejército que se preparaba para combatir el terrorismo en el Siglo XXI y hasta logró acceder a una “lista de oficiales no terrestres”.

El gobierno estadounidense intentó extraditarlo por más de una década y arruinar su vida. La extradición no se concretó nunca.

Marc O`Antonio, titular del sector de imágenes de MUFON, un organismo independiente que se dedica a investigar casos de Ovnis y de extraterrestres en todo el planeta, dio que “es difícil obtener información sobre temas de inteligencia, ya que está compartimentado. Es decir que está la información subdividida sobre cualquier tema y para lograrla en su conjunto se debería ingresar a todas las computadoras a la vez.

Así y todo, en otoño del 2002 se produjo la filtración más importante sobre posibles naves extraterrestres. Fueron 15 páginas de notas entre un científico y un oficial de alto rango del Ejército de Estados Unidos.

Cita en el Pentágono

Edgar Mitchell, jefe de los astronautas de la NASA admitió que fue a Washington con el comandante Will Miller y con Steven Greer y pudieron conseguir una cita con un almirante del Pentágono, quien tras escucharlos les negó conocer la historia que les relataron.

Posteriormente, en octubre de 2002, en Las Vegas, se inició una gravitante historia cuando un vehículo, arribó a la esquina de Greer Davis y Paradise Road, a las 10 de la mañana.https://www.santafe.gov.ar/

A los pocos minutos llegó otro vehículo con el almirante Thomas Wilson, vestido de civil. Este último era el director de la Agencia de Inteligencia de la Defensa, quien estaba acompañado de dos hombres de la Marina. Wilson desciende del vehículo que lo trajo y se introduce en otro donde se encuentra Eric Davis, especialista en Tecnología Militar Avanzada y dialogan alrededor de una hora.

Luego Davis reconstruye el diálogo en un documento que contenía pruebas abrumadoras sobre los descubrimientos del gobierno norteamericano sobre los Ovnis.

Al almirante se le había prohibido acceder a la información secreta y se le argumentó para ello que sólo lo tenían determinadas autoridades. Sólo accedió a un fragmento de un programa secreto.

Sólo unos pocos funcionarios de alto nivel de la Casa Blanca tenían acceso al informe y a él se le comentó que no se conocía en el Congreso ni en los estamentos menores de la política electa.

Hay que puntualizar que Davis era empleado de Robert Biguelow, quien ha pasado gran parte de su vida investigando fenómenos paranormales y es considerado un científico de renombre, Era, por otra parte, el dueño del Rancho Skinwalker, donde se han investigado numerosos episodios paranormales.

En el interior del auto se habló de un programa ultra secreto sobre ingeniería inversa que se “estaba desarrollando sobre algo recuperado hacía años y que había sido construido fuera de la Tierra por hombres no humanos”.

El representante de Biguelow siguió haciendo preguntas hasta que se generó una discusión y le reunión concluyó de manera tajante por decisión del funcionario.

El almirante Wilson –según Davis-, admitió que si le hubiera dado más datos y el Pentágono se enteraba, lo hubieran obligado a jubilarse y perdería una o dos estrellas de su uniforme.

Es más, a pesar que Wilson no pudo entrar al Programa de Supervisión de Acceso Especial, creyeron el informe debido a los nombres de los involucrados en el mismo.

Ese informe confirmaba que existía un programa secreto escondido en la red del Departamento de Defensa sobre el estudio de la tecnología extraterrestre.

El periodista Robert Fleicher admitió que la industria privada, estaba muy interesada en tecnología OVNI para sus negocios millonarios.

Christopher O´Brian, investigador del tema OVNI dio cuenta que existían dos grupos   enfrentados en el gobierno: Uno quiere que se dé a conocer la información y el restante que se mantenga en secreto.

Al gobierno le molesta que se hable de dispositivos de energía perpetua y de gravedad cero, ya que hay laboratorios que trabajan para obtener esos dispositivos. No le importa, por el contrario, que se hable sobre los extraterrestres, sino que lo que se diga pueda ser probado.

Las empresas contratistas son participantes de los programas secretos sobre los Ovnis y una de ellas era Emery Smith.

Asistente de quirófano infiltrado

Es particularmente interesante la historia de la que fue protagonista Emery Smith, un soldado raso que cumplía con su servicio militar actuando en el cuartel como asistente de quirófanos de la Fuerza Aérea Estadounidense que fue consultado sobre si quería trabajar, en forma encubierta, en un proyecto relacionado con la realización de estudios sobre la vida extraterrestre.

Él no se negó y, en el tiempo, siendo entrevistado por un medio de comunicación, describió detalladamente como participó de autopsias a extraterrestres, siendo aleccionado sobre el nivel de secretismo.

Michael Salla, dedicado a la investigación del tema ovnis dijo que Emery “ha sido un claro ejemplo de un sujeto perteneciente al   Ejército que debió unirse al ejército de marines, donde se le dio “una opción dedicada a la participación de una cuestión clasificada.

 

Luego de hallarse libre, Emery se dedicaría a transformarse en un colaborador sobre Ovnis, específicamente en programas clasificados. Agregó, al ser consultado por su anterior trabajo, que a los reclutas se les daban opciones, entre ellas la de trabajar como voluntario en programas adicionales y por ello se involucró en la temática de los extraterrestres en la base aérea de Kirtana, de Nueva México en el período 1990– 1998.

Se dice que hay una instalación denominada Sandia Laboratory era controlado por una base militar, donde había una verificación estricta del personal y cada vez que Emery ingresaba a la planta, se le entregaba una ficha especial para evitar el ingreso y salida de papeles de la planta. Además, se verificada si era portador de una enfermedad infecciosa o cáncer.

Allí Emery diseccionaba tejidos de humanos y animales y se le mostró un brazo, que según él no pertenecía a un ser humano y era irisdicente.

“Fue una prueba de fuego para ver como reaccionaba y si mantenía la boca cerrada”, puntualizó Emery. El brazo terminó siendo de material sintético.

Smith con el tiempo se dedicó a la realización de autopsias de cadáveres de extraterrestres y, según él, existen “varios tipos de extraterrestres” que en común tienen su ADN humano y poseen dos brazos, dos piernas y una cabeza, lo que es considerado como “el sistema  de cinco estrellas del universo” e, incluso, pudo obtener por su experiencia  el permiso para acceder utilizando su voz y su huella digital que eran reconocidos por el sistema de inteligencia artificial, que hoy  parece ser el último avance.

Esa inteligencia podía rastrear a quien estaba en cada lugar del laboratorio y precisar si a la persona controlada le subía el ritmo cardíaco.

Si Emery decidía ir a la biblioteca podía requerir todo lo que correspondía al proyecto en que estaba trabajando y, además, podía, con los datos obtenidos iniciar investigaciones a futuro con respecto a los extraterrestres, a sus naves y sobre los dispositivos con que trabajaba.  Incluso tenía acceso al Sistema de la denominada “Carretera Interestelar”, así como a un mapa de las estrellas.

Para hacer trabajos especiales tenía a su disposición un modelo tridimensional de la Luna. Debido a su capacidad se le encomendó trabajar junto a otros científicos en un Sistema de Energía Perpetua. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política

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