Por Ricardo Marconi (*)
Generales rusos, en el conflicto que sostienen con fuerzas militares ucranianas, les están exigiendo a sus tropas que no cedan al pánico ante la intensa y precisa ofensiva militar que deben soportar en los distintos frentes de batalla. Esto se está notando, especialmente, en Jerson y Járkov, en el sur y en el noreste de Ucrania, donde los ucranianos lograron recuperar Dudchany, en la orilla occidental del río Dniéper.
Y eso no es todo, los soldados ucranianos avanzan en Arkhanguelske para cortar, definitivamente, el aprovisionamiento ruso. Los soviéticos se vieron en la necesidad imperiosa de evacuar un gran número de localidades que se hallaban bajo su control ocupacional.
Es más, en Járkov, los soviéticos abandonaron la totalidad de la ribera oriental del río que bordea la ciudad y lo propio ocurrió en el sur de Jerson. Allí se habían desplegado y estacionado 20 mil soldados rusos, quienes se vieron forzados a escapar de la zona –en la que habitaban una población de 1 millón de personas-, volviendo a tener los ucranianos una vía abierta hacia la Península de Crimea.
Soldados rusos desmoralizados
El alto mando ruso, con el correr de los meses en guerra tras la invasión, viene notando que sus tropas se ven desmoralizadas y está muy preocupado debido a que los soldados abandonan posiciones para replegarse a una zona segura, a pesar de las órdenes de sus superiores.
Ello genera que localidades en poder de los soviéticos caigan nuevamente en manos de ucranianos que izan banderas de su país en las mismas, tras la reconquista.
Los rusos, en su huida, a veces desesperada, dejan a sus espaldas los cuerpos de soldados muertos, desperdigados y comidos por los animales salvajes en las calles –algunas de tierra-, de ciudades liberadas como la de Limán, que los rusos querían tomar para transformarlas en un centro logístico para su uso en el área de transporte. El objetivo ruso quedó en la nada y la cantidad de tropas pérdidas y abandonadas.
Avances previstos
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Pentágono, junto a la inteligencia de Gran Bretaña prevén avances de las tropas de Ucrania por el desmanejo militar ruso.
El presidente ruso Vladimir Putin, presionado hasta niveles inconfesables, en lo interno de su país y por la OTAN, ha dejado trascender que llegado el caso utilizaría armamento nuclear para detener el avance de los invadidos, a sabiendas que si concreta su amenaza convertiría a las ciudades afectadas en inhabitables por años.
Se habla, en ese sentido, de arrojar a una base militar ucraniana un proyectil de 15 cm. de ancho desde un arma de artillería en suelo ucraniano o una ojiva de media tonelada desde un misil desde territorio soviético.
La explosión produciría, en el acto, miles de muertos en el lugar de la explosión y su entorno. Si Putin tomara esa decisión –y se aceptara su orden en la cúpula militar, Rusia se transformaría para el orbe en un paria internacional, obligando a India y China, así como a otros países que colaboran con Putin, a dejar de hacerlo de inmediato.
Simulaciones
La situación expuesta obligó a realizar a las agencias de inteligencia occidentales a realizar simulaciones por computadora para saber cuáles sería la resultante final de esa agresión militar y como responder a sus implicancias.
Escalar y desescalar
Occidente, a pesar del secreto que rodea al arsenal de armas tácticas de Rusia, entiende que la posibilidad mayor pasa por incorporar una carga nuclear a la parte superior de un misil Iskader –M, que le permitiría a los soviéticos llegar a ciudades de Europa con una explosión que sería equivalente a un tercio de la bomba de Hiroshima, en el marco de la doctrina denominada “escalar para desescalar”.
Finalmente es necesario considerar que si se termina la invasión con una derrota soviética, Putin puede decidir disparar un arma nuclear táctica como la detallada para someter a su enemigo. Esa es la parte de “escalar”. Y si el enemigo se retira, Rusia accedería a la segunda fase que sería la de “desescalar”. (Jackemate.com)
(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política