«Sólo nos separa del apocalipsis un error, un malentendido o un fallo de cálculo», aseveró este sábado el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, durante su discurso en Hiroshima en la ceremonia en memoria de las aproximadamente 140.000 víctimas mortales que dejó el primer ataque atómico de la historia, ejecutado por las Fuerza Aérea estadounidense el 6 de agosto de 1945 durante la guerra del Pacífico contra el ex Imperio nipón.
Guterres dijo que la humanidad «juega con un arma cargada» debido a la proliferación nuclear y a los focos de conflicto abiertos, en franca alusión a todos los conflictos internacionales que se vienen sucediendo en el planeta, como la invasión rusa a Ucrania, el nuevo ataque de Israel sobre la Franja de Gaza (Palestina) y la movilización de la China en torno de Taiwán.
El titular de Naciones Unidas participó en el acto por el 77º aniversario de la tragedia junto al primer ministro japonés, Fumio Kishida, el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, representantes de 98 países e instituciones y «hibakusha» o supervivientes al bombardeo nuclear.
El secretario general de la ONU subrayó el riesgo de que se repitan los horrores de Hiroshima debido a las más de 13.000 armas atómicas existentes actualmente en el mundo y a las crisis con «componentes nucleares» como la invasión rusa de Ucrania, la situación en la península de Corea o la de Oriente Medio.
Señaló, no obstante, que existen «señales de esperanza» como la décima conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación nuclear (TNP) que se celebra en Naciones Unidas desde principios de mes, y a cuyos miembros pidió «trabajar urgentemente para eliminar todos los arsenales que amenazan nuestro futuro».
El primer ministro japonés destacó asimismo que el movimiento hacia un mundo libre de armas nucleares «parece ralentizarse», ante lo que apeló desde Hiroshima a «plantarse y comprometerse a que nunca se repita una tragedia similar».
Kishida reiteró que Japón respetará su triple compromiso antinuclear (ni desarrollar, ni poseer ni permitir el despliegue en su territorio de este tipo de armas), a pesar de que ciertas voces desde su partido gobernante han llamado a replantearse estos principios ante la escalada de tensiones en Asia-Pacífico.
«Japón reconciliará la situación de seguridad regional con su deseo de lograr un mundo libre de armas nucleares», afirmó el mandatario nipón, quien apuntó a la cumbre de líderes del G7 prevista para el próximo mayo en Hiroshima como ocasión para impulsar la no proliferación nuclear.
La ceremonia se celebró este sábado en el Parque de la Paz de esta ciudad del oeste de Japón, ubicado cerca del hipocentro de la devastadora explosión nuclear, y comenzó con un minuto de silencio a las 8:15 hora local (23:15 GMT del viernes).
Esa fue la hora exacta a la que el B-29 Enola Gay de las Fuerzas Aéreas estadounidenses lanzó hace 77 años el «Little Boy», como se bautizó al primer artefacto nuclear empleado en un conflicto bélico.
Tres días después, el 9 de agosto de 1945, EE.UU. lanzó una segunda bomba nuclear sobre la ciudad de Nagasaki, lo que desembocó en la capitulación de Japón seis días más tarde y puso fin a la Segunda Guerra Mundial. (Agencias/Jackemate.com)